Optimizando el éxito empresarial: el rol fundamental del PETIC en la era digital

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El advenimiento de la transformación digital desde hace varios años atrás ha ocasionado el incremento en la competitividad, eficiencia y el rendimiento de las compañías alrededor del mundo. Esto es especialmente importante teniendo en cuenta la creciente cantidad de información que procesan las empresas diariamente y las regulaciones cada vez más severas que se están imponiendo para el tratamiento adecuado de los datos personales y/o sensibles.

La gestión eficiente de la información es esencial para el éxito de organizaciones y entidades de todo tipo, y es aquí donde el PETIC (Plan Estratégico de Tecnologías de la Información y Comunicaciones) desempeña un papel fundamental. Dicho plan permite a las organizaciones que están atravesando un proceso de transformación digital, establecer una metodología clara sobre el uso y aprovechamiento adecuado de la TICS como herramientas de fortalecimiento y productividad. Asimismo, facilita diseñar un mapa de ruta de los procesos, herramientas, acciones necesarias que deben implementarse desde la perspectiva tecnológica para contribuir al logro de los objetivos del negocio.

Entendiendo que el término PETIC no se encuentra ampliamente difundido en todos los sectores y niveles económicos, primero es necesario entender de qué se trata, cuál es su importancia y cómo debe ser construido. Esto cobra más relevancia si se tiene en cuenta que, incluso en la actualidad, aún existen muchas empresas donde sus procesos de digitalización tienen niveles bajos de madurez o incluso sin iniciar, por lo cual contar con un Plan Estratégico de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones puede servir como guía y acelerador del proceso

¿Qué es un Plan Estratégico de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones - PETIC?

Es un conjunto de estrategias y directrices que una organización, institución o entidad elabora para gestionar de manera efectiva las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en su funcionamiento cotidiano. A través del diseño de un documento guía, se establecen la visión, misión y objetivos relacionados con las TICs. Adicionalmente este plan debe relacionar todos los recursos (de toda índole) que se requieran para la ejecución de las actividades y proyectos planteados.
La importancia del PETIC radica en varios aspectos esenciales:

  • Gestionar el uso de los recursos de manera más eficiente.
  • Incrementar la productividad al alinear las herramientas TI con los objetivos empresariales.
  • Priorizar proyectos tecnológicos de acuerdo a su nivel de relevancia para el cumplimiento de las metas.
  • Identificar posibles riesgos y gestionarlos a través del diseño de planes de acción para su mitigación.
  • Diseñar una estrategia de ciberseguridad alineada con el plan que permita proteger la integridad y confidencialidad de la información.

El PETIC es una herramienta clave para entender como la transformación digital puede potencializar las capacidades organizacionales a través del uso de las tecnologías de la información. Asimismo, facilitará la toma de decisiones de inversión, mejoras, actualizaciones que se deban realizar para garantizar que los procesos tecnológicos están alineados a la estrategia corporativa. Integrar personas, herramientas, políticas y planes de acción hacia un enfoque de modernización y digitalización, encaminará a la compañía al logro de sus objetivos de manera armoniosa.

¿Cómo construir un PETIC?

Una vez entendida la definición e importancia del Plan, hay que entender los elementos esenciales para su elaboración, qué aspectos deben ser evaluados y qué pretende alcanzar la empresa a través de él. Los principales componentes que deben ser incluidos dentro del plan Estratégicos de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones son:

Evaluación y diagnóstico: para comenzar, es necesario examinar el estado de la empresas, sus procesos, actividades y nivel de desarrollo frente a las TICs, sus fortalezas y debilidades. Esto dará como resultado una “radiografía” que servirá como base para el diseño y desarrollo del PETIC.

Involucrar a las partes interesadas: como el plan estratégico influye en el negocio y en la manera en que se ejecutan las actividades, es fundamental que hagan parte de su diseño los altos directivos de la compañía, socios, empleados y, por supuesto, el área de TI.

Definir los objetivos: Es un paso fundamental dentro del plan ya que se debe definir claramente lo que se busca lograr con la implementación del PETIC. Estos objetivos debes ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y acotados en el tiempo. Lo más importante: que estén alineados con los objetivos del negocio.

Planeación estratégica: luego de definir los objetivos, hay que proceder a determinar las actividades a ejecutar para alcanzarlos, los proyectos por realizar, los recursos necesarios, los tiempos, indicadores de seguimiento y las responsabilidades de las personas que intervienen.

Análisis de riesgos: es de gran valor identificar los posibles riesgos asociados al proceso de diseño, desarrollo e implmentación del PETIC, determinando el nivel de impacto si se llegan a materializar y la probabilidad de ocurrencia. A partir de allí, se puede diseñar un plan de acción que permita mitigar el impacto.

Plan de Comunicaciones: es vital crear una estrategia que permita comunicar a todo el personal involucrado y los grupos de interés cualquier asunto relacionado con el PETIC como actividades a realizar, actualizaciones, ajustes, estableciendo, además, los medios a través de los cuales se transmitirá la información.

Implementación y seguimiento: finalmente, poner en marcha el PETIC es crucial puesto que permitirá conocer los ajustes o posibles fallos que deban realizarse. De igual manera es importante que periódicamente se revise el plan para actualizarlo según los objetivos del negocio y el contexto en el cual se esté desenvolviendo la empresa.

Asimismo, para asegurar que se diseña un plan estratégico acorde, se puede optar por incorporar a expertos en consultoría tecnología al proceso. Esto se recomienda básicamente porque contar con personal externo que sea especialista en la materia puede contribuir a brindar una perspectiva objetiva sobre la situación actual de la empresa y facilita la visualización de oportunidades de mejora o ventajas de la transformación digital en ciertas áreas. Adicionalmente, un servicio de consultoría tecnológica permita asegurar que se estructura el plan bajo las mejores prácticas, haciendo uso de herramientas y metodologías basadas en estándares internacionales.

En síntesis, contratar un servicio de consultoría TI para el diseño del PETIC es una inversión estratégica que puede marcar la diferencia en la efectividad y el éxito de la estrategia tecnológica de una organización. Los consultores TI aportan experiencia, conocimientos especializados y una perspectiva objetiva que ayuda a las empresas a tomar decisiones informadas y a maximizar el valor de sus inversiones en este rubro.

El diseño e implementación del PETIC no debe adjudicarse solamente a grandes organizaciones empresariales o instituciones del sector público. Todas aquellas empresas que hagan uso de herramientas tecnológicas como pilar de sus operaciones deberían contar con un plan de estratégico puesto que les permite trazar una hoja de ruta para el uso eficiente de los recursos y el logro de los objetivos empresariales a través del uso de las TICs. 

Esto viene cobrando mucha más importancia en el último tiempo donde el auge del trabajo híbrido, el incremento en el uso de herramientas digitales en todos los sectores económicos, además de la constante evolución e incremento en el volumen de ciberataques están llevando a las compañías a prepararse de mejor manera para permitir que sus usuarios puedan acceder a la información, al tiempo que se protegen los datos ante cualquier riesgo. En consecuencia, esto conlleva a que, un PETIC adecuado contemple la ciberseguridad como un elemento esencial dentro de la gestión de riesgos, permitiéndole identificarlos y crear planes de mitigación ante una potencial materialización.

Por ello, es fundamental que todas las compañías que basen sus operaciones en el uso de las Tecnologías de la Información diseñen un PETIC que se adecue a su realidad, les permita proyectarse en el tiempo y optimice los procesos. La gestión de los datos, la planeación estratégica de los recursos y la anticipación ante posibles riesgos son algunas de las principales consideraciones a revisar en el momento de optar por un Plan Estratégico de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

En este recorrido por el mundo del Plan Estratégico de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, hemos explorado su esencia, importancia y los pasos clave para su construcción adecuada. Concluimos con la firme convicción de que se trata de mucho más que un simple documento; es una hoja de ruta hacia el éxito en la era digital.

En un entorno empresarial cada vez más competitivo y digitalizado, la gestión eficiente de la información y la tecnología se erige como un diferenciador crítico. El PETIC se presenta como el aliado estratégico que permite a las organizaciones aprovechar al máximo las oportunidades que brindan las tecnologías de la información y comunicación, al tiempo que gestionan los riesgos asociados.

Desde su evaluación inicial hasta su implementación y seguimiento constante, el PETIC guía a las empresas en la toma de decisiones informadas, la asignación eficiente de recursos y la alineación de la tecnología con los objetivos empresariales. Además, asegura que las consideraciones de ciberseguridad se integren en cada paso, protegiendo la información sensible de la organización.

Es esencial destacar que el plan no es exclusivo de grandes empresas o instituciones; su utilidad se extiende a organizaciones de todos los tamaños y sectores que dependen de la tecnología para operar. Independientemente de si se está en las primeras etapas de la transformación digital o ya se han recorrido varios pasos en ese camino, un PETIC bien elaborado proporciona un marco sólido para avanzar de manera estratégica y segura.

En resumen, el PETIC no solo es una respuesta a la complejidad tecnológica de la actualidad, sino también una herramienta esencial para el logro de los objetivos empresariales. En un mundo donde la información es poder y la tecnología es la clave para desbloquear ese poder, el PETIC es el faro que guía a las organizaciones hacia un futuro digital brillante. Su implementación adecuada no solo es una inversión, sino un imperativo para el éxito continuo en la era digital que se avecina.

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