Estamos al borde de una explosión de experiencias de realidad virtual (RV), realidad aumentada (RA) y realidad mixta (RM). Desde los deportes de RV hasta las películas de RV, los juegos de RV o las compras de RV, vamos a ver cada vez más aplicaciones que mezclan lo físico y lo digital, y cada vez más oportunidades para que los humanos interactúen con estas creaciones en tiempo real. Y a medida que avancemos hacia computadores cada vez más potentes, dispositivos Edge y otras plataformas que nos permitan aprovechar esta nueva realidad informática en nuestros hogares, empresas y más allá, veremos cómo la necesidad de una potencia de procesamiento constante aumenta en órdenes de magnitud.
A medida que estas nuevas plataformas continúen expandiéndose en nuestras vidas -y a medida que nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial se conviertan en la corriente principal- veremos la creciente demanda de las capacidades de hardware y software necesarias para apoyar estas experiencias.
Esto requerirá un crecimiento exponencial de la capacidad de computación, mucho más de lo que estamos produciendo actualmente a escala de centro de datos. Y eso significa que ha llegado el momento de empezar a pensar en qué papel es el más adecuado para las máquinas: si serán el equivalente a los actuales computadores de gama alta o algún nuevo tipo de máquina aún más rápida, pequeña y potente que la que tenemos hoy.
Las plataformas de medios sociales y los hiperescaladores no lo conseguirán por sí solos. En la era moderna, la gente espera un único espacio en línea al que acudir, donde pueda interactuar tanto con otros como con sus sitios web favoritos. Sin eso, es probable que Facebook y otras redes sociales sean cada vez más irrelevantes.
Un metaverso es un espacio online en el que el contenido de varios sitios puede verse desde una única interfaz. Puede considerarse como un sistema operativo para Internet, como Windows 10 o macOS.
Un metaverso haría que la web fuera más accesible para los usuarios menos expertos en tecnología y permitiría a más personas acceder a los contenidos en cualquier momento. Sin embargo, debido a la dificultad de crear una plataforma de este tipo, es poco probable que veamos una en un futuro próximo.
La idea de un metaverso ha estado presente desde los primeros días de la realidad virtual en la década de 1990. Se popularizó con la novela de ciencia ficción Snow Crash, de Neal Stephenson, en 1992, que describía un mundo virtual llamado “el metaverso” que contenía todo el conocimiento de la humanidad y permitía a las personas interactuar entre sí utilizando avatares. Desde entonces, se ha hecho más conocido gracias a películas como Ready Player One (2018) y programas de televisión como Westworld (2016), entre otros.
El metaverso describe esencialmente un lugar o espacio alternativo, algo diferente de la realidad. Sin embargo, creo que el camino que seguimos tiene más que ver con la mezcla de lo físico y lo digital en tiempo real para crear experiencias verdaderamente inmersivas. Mientras que las limitaciones de una hoja de cálculo o la lentitud de una página web pueden parecer restrictivas, no hay límites cuando se trata de lo que podemos hacer en un mundo virtual.
Ahora podemos crear y compartir escenas verdaderamente realistas para que otros las experimenten, con interacciones que parecen reales. Con la capacidad de captura de vídeo que incorporan casi todos los teléfonos inteligentes y cámaras, esta tecnología no hará más que mejorar y abaratar.
Teniendo en cuenta la progresión de las tecnologías actuales, es difícil negar que la Internet de las cosas se formará en algún momento en un futuro próximo, si no lo ha hecho ya. Dado que nuestras interacciones en la vida real son cada vez más digitales, la tecnología se está abriendo paso en nuestra vida cotidiana más que nunca. El metaverso será probablemente un producto de esta tendencia, pero quizás de forma más tangible e inmersiva de lo que podemos anticipar.