La continuidad del negocio como parte de la estrategia de ciberseguridad

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La alta digitalización del mundo empresarial ha abierto las puertas a un mundo de posibilidades: innovación, colaboración, expansión de conocimientos, relacionamiento, entre otras cosas. No obstante, esto también ha implicado la entrada de actores maliciosos que buscan alcanzar sus objetivos, ya sean financieros, terroristas o idealistas, a través de la irrupción en los sistemas informáticos corporativos, poniendo en jaque la ciberseguridad de cualquier empresa a nivel global.  

La probabilidad de que cualquier organización sea víctima de un ciberataque es cada vez mayor. Y aunque cualquier brecha, ya sea causada por un ransomware u otro tipo de ataque, es un problema para la continuidad del negocio, existen métodos para remediarlas o, por lo menos, disminuir su impacto para que la actividad de la organización se vea lo menos afectada posible. Esto a través del diseño de un plan de continuidad del negocio o BCP.

Entendiendo que un plan de continuidad del negocio no se trata solamente de la recuperación de datos y aplicaciones, sino que se refiere también al restablecimiento de todos los procesos de negocio luego de una parálisis ocasionada por diversas causas. Este debe contener una serie de estrategias y procedimientos diseñados para garantizar que una organización pueda seguir funcionando de manera efectiva, en caso de interrupciones o desastres que puedan afectar sus operaciones normales. 

Alguno elementos esenciales dentro del plan de continuidad del negocio deben ser:

La identificación de riesgos y análisis del impacto

Se deben detectar todos los posibles peligros que puedan afectar a la operación de la compañía como fallos eléctricos, desastres naturales, amenazas cibernéticas, etc. A partir de allí, es necesario establecer el nivel de impacto que estos tengan sobre la actividad de la empresa.

Identificación de procesos críticos

Es fundamental para el diseño y desarrollo del plan de continuidad del negocio, identificar claramente los procesos clave de la compañía. Esto con el objetivo de elaborar planes de acción enfocados en su protección y recuperación en el menor tiempo posible.

Estrategias de prevención

El plan de continuidad de negocio debe incluir, además, elementos que van más allá de la respuesta a incidentes y la recuperación de desastres, como el establecimiento de una política clara sobre cómo la organización prevendrá los ciberataques. Esto debe empezar por los empleados y demás usuarios de las organización. Deben ser capacitados sobre buenas prácticas para identificar posibles ataques y practicar una higiene digital impecable. Es importante, además, mantenerlos actualizados sobre las amenazas emergentes y los nuevos métodos de engaño para mantener fortalecida la defensa ante estos riesgos.

Plan de respuestas

Otro elemento útil dentro de la estrategia de continuidad es crear planes de acción que contemplen todos los pasos claves, las responsabilidades para responder ante un incidente de seguridad informática y como recuperarse posteriormente. Esto le ayudará a evitar estar desprevenido en tales situaciones y a actuar ágilmente para reestablecer la operación.

También es fundamental que, para diseñar y ejecutar el plan de continuidad del negocio, cada organización cuente con una arquitectura de ciberseguridad lo suficientemente integrada para que cada elemento dentro de ella pueda detectar, analizar y responder ante un ataque cibernético, reduciendo o incluso eliminando el impacto al resto de la infraestructura. Esto incluye contar con estrategias y sistemas de respaldo y recuperación, especialmente para los datos críticos del negocio, facilitándole la restauración de la actividad organizacional en un corto periodo de tiempo.

"Las organizaciones deberían seguir la regla del 3-2-1-1-0, que recomienda que haya al menos tres copias de datos importantes, en al menos dos tipos de soportes diferentes, con al menos una de estas copias en un lugar externo, y una offline, con protección aérea o inmutable, con cero copias de seguridad incompletas o con errores"

La comunicación también es uno de los pilares dentro del plan de continuidad del negocio. Se recomienda establecer una estrategia que incluya los canales de comunicación a través de los cuales se mantendrán informados a los grupos de interés de la compañía antes, durante y después de la ocurrencia de un desastre de cualquier naturaleza. Esto permitirá afianzar las relaciones con los grupos de interés y minimiza el impacto a la reputación de la organización.

De esta manera, puede entenderse como muchas organizaciones perciben los ataques cibernéticos como un asunto que solo le incumbe al departamento de TI y que, por tanto, son ellos quienes deben estar preparados para este tipo de sucesos. No obstante, un eventual incidente de ciberseguridad puede afectar de gran manera no solo la infraestructura tecnológica sino también la información y los servicios de la empresa, y aquí es cuando entra en juego la continuidad del negocio.

También es crucial considerar las implicaciones legales, financieras y reputacionales que puede acarrear un ciberataque a la empresa. Si bien un plan de continuidad del negocio no va a garantizar en un 100% que un desastre lo afecte, si va a permitir reducir el impacto sobre la organización, evitando posibles sanciones, disminuyendo pérdidas financieras y restaurando rápidamente la actividad operativa.

Involucrar a todas las áreas de la empresa, incluyendo los tomadores de decisiones, es crítico para entender los procesos organizacionales a profundidad y poder diseñar un plan de continuidad de negocio acorde a los requerimientos de la compañía. Además, facilitará la coordinación de roles y responsabilidades de los planes de respuesta antes, durante y después de la contingencia. De igual manera, la socialización y concientización del plan de continuidad de negocio a toda la empresa es fundamental para que todos los colaboradores entiendan la importancia del mismo y estén debidamente preparados en momentos de crisis.

Es primordial que las empresas establezcan planes de continuidad de negocio meticulosos ante un potencial ciberataque, que tengan en cuenta todo los elementos posibles entre usuarios, dispositivos, equipos, estrategia de copias de seguridad, responsabilidades, etc, con el fin, no solo de fortalecer la defensa ante estos y responder rápidamente, sino también de garantizar una recuperación integral de todos los datos y servicios críticos.

En consecuencia, contar con una estrategia de ciberseguridad sólida y coherente, que esté alineada con el plan de continuidad de negocio bien diseñado es crítico para la supervivencia de cada compañía. La combinación de estos enfoques no solo ofrece una mayor protección contra amenazas cibernéticas, sino que también permite a las empresas mantener la confianza de sus clientes y partes interesadas al demostrar una preparación proactiva ante situaciones imprevistas.

En el mundo moderno, es vital que las empresas desarrollen una capacidad de resiliencia que les permita mantenerse vigentes y competitivas en el mercado. El diseño de un plan de continuidad de negocio acompañado de una estrategia de ciberseguridad integral les permitirá blindarse, en cierta medida, frente a las amenazas del entorno y adaptarse a los cambios que trae la ocurrencia de un desastre inesperado. 

En un mundo donde la incertidumbre y la digitalización avanzan a pasos agigantados, la colaboración entre estos dos pilares es esencial para navegar por aguas turbulentas con confianza y determinación. En este juego de equilibrio entre la protección y la operación, el compromiso con la seguridad y la continuidad se convierte en un activo invaluable que impulsa el éxito sostenible en el futuro próximo.

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