Los entornos de nube híbrida son una constante cada vez más común en los ambientes operativos de las compañías. La alta complejidad de las aplicaciones que manejan las empresas, las enormes cantidades de datos que gestionan y la necesidad de contar con soluciones flexibles, escalables y seguras son algunos de los principales motivos por los cuales las organizaciones modernas están optando por aprovechar lo mejor de ambos mundos: nube pública y nube privada. No obstante, a pesar de ser un enfoque mixto, hay un elemento que no puede omitirse sea cual sea el entorno en que se opere: la ciberseguridad.
La ciberseguridad no sólo es una de las principales preocupaciones en los entornos híbridos en la nube, sino que también es compleja. Independientemente del punto en el que se encuentre en su viaje hacia el entorno híbrido de la nube, mantener sus datos seguros y protegidos es una gran inquietud.
La distribución de los datos y aplicativos críticos entre los distintos ambientes de nube, si bien permite una optimización de recursos para operar más eficientemente, también significa una mayor exposición de los datos a riesgos cibernéticos asociados a la transferencia de información, mayor cantidad de puntos de entrada y aumento en la complejidad del control de accesos.
Asimismo, almacenar la información en sitios externos a la empresa y administrados por un proveedor de servicios de nube puede generar cierta incertidumbre, no solo a los responsables del área tecnológica sino también a la Alta Dirección de la compañía, si se considera que un posible incidente de ciberseguridad que afecte los datos en la nube puede ocasionar una fuga de información confidencial, derivando en sanciones por incumplimiento de las regulaciones de protección de datos o una interrupción en la actividad de la empresa. Por esta razón es importante dejar en claro con el proveedor, las responsabilidades de cada parte en materia de protección y respaldo de la información.
La confidencialidad, la integridad y la disponibilidad (CID) son factores importantes que deben tenerse en cuenta a la hora de gestionar entornos híbridos de nube. Sin embargo, los equipos de TI se ven enfrentados, en muchas ocasiones, a retos que pueden hacer más compleja la gestión de la seguridad en la nube híbrida como, por ejemplo, el hecho de que la información en estos entorno puede no siempre estar en reposo o en movimiento.
A esto se le une el hecho de que los diferentes equipos de TI trabajan de manera aislada con el fin de cumplir sus objetivos, creando una brecha entre ellos que puede comprometer la seguridad. En este punto, la generación de una cultura de ciberseguridad, donde se resalte la importancia del trabajo en equipo como pilar fundamental de la estrategia, es esencial para la protección de los datos. Además, la existencia de una figura que encabece el área tecnológica en general puede contribuir a promover el trabajo colaborativo con miras a crear una estrategia de ciberseguridad clara, robusta y transversal a cada uno de los equipos.
Adicionalmente, para superar estos retos que enfrenta la complejidad de la ciberseguridad en la nube híbrida, hay algunos elementos que las empresas y equipos de TI pueden considerar:
- Asegúrese de que sus datos se ajusten a la tríada CID de la información. Para ello, Red Hat Enterprise Linux (RHEL) heredó las funciones básicas de seguridad de su predecesor, Red Hat Linux; mientras que la plataforma de nube híbrida de OpenShift aprovecha la criptografía certificada y validada para ayudar a garantizar la confidencialidad de los datos almacenados en los entornos híbridos de nube.
- Unifique la estrategia de seguridad de su empresa implementando un enfoque integrado de la seguridad a través de DevSecOps. Un enfoque DevSecOps significa pensar en la seguridad de las aplicaciones y los datos, desde el principio hasta el final del ciclo de vida de TI.
- Evalúe periódicamente los posibles riesgos de seguridad a los que está expuesta su información. Esto le permitirá identificar dónde debe fortalecer su estrategia de ciberseguridad.
- Considere la posibilidad de implementar tecnologías a automatización, que le permitan garantizar el cumplimiento y la gobernanza, así como la agilidad en sus procesos, reduciendo también el margen de error humano.
- Implemente herramientas de ciberseguridad basadas en Zero Trust que le permitan controlar estrictamente el acceso a sus recursos informáticos críticos. Sobre todo, lleve un control estricto de los permisos y roles.
- Establezca con sus proveedores de servicios de nube los roles, responsabilidades y acuerdos de nivel de servicio en lo relacionado a la seguridad de la información.
- Incluya sus entornos de nube dentro del Plan de Recuperación de Desastres y Continuidad del Negocio para evitar la pérdida de datos críticos por incidentes.
En síntesis, si bien es cierto que implementar una arquitectura de nube híbrida facilita en gran manera los procesos para muchas compañías con grandes cargas de trabajo, es importante que siempre se tenga en consideración el componente de seguridad informática que estas deben contener para mitigar todos los riesgos que puedan estar asociados a ella, y esto solo se logra adoptan posturas integrales desde la perspectivas de todos los equipos de TI involucrados y teniendo siempre como prioridad la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información, logrando un postura de seguridad estricta y adecuada para dicho entorno.
Finalmente, es claro que la ciberseguridad corporativa no es responsabilidad exclusiva de unos pocos o del CISO de la empresa. Diseñar planes de seguridad, recuperación de desastres, continuidad del negocio, deben considerar a todo el personal de la compañía. Para ello, también es necesario que los diferentes equipos de TI alineen sus esfuerzos para diseñar políticas de seguridad de la información que cubran cada perspectiva. Esto es especialmente importante hoy en día cuando son cada vez más el número de organizaciones que están llevando su operación parcial o totalmente hacia la nube híbrida. Es allí cuando se hace necesario que los responsables de seguridad de la información y los responsables de gestionar la infraestructura de nube lleguen a un entendimiento sobre las medidas de protección críticas, la gestión de incidentes, la recuperación y restauración. Esto permitirá una defensa más eficiente en un entorno ya de por sí complejo.
Por tanto, la ciberseguridad en un entorno de nube híbrida es esencial para proteger los datos, las aplicaciones y la infraestructura, teniendo en cuenta la complejidad y los riesgos inherentes a este modelo. La implementación de medidas de seguridad adecuadas y la gestión eficaz de los riesgos son cruciales para mantener la integridad, la confidencialidad y la disponibilidad de los recursos en un entorno de nube híbrida. Para ello, es necesario tener claridad sobre las responsabilidades de los involucrado respecto a la seguridad de la información que se procesa en la nube y, a partir de allí, gestionar distintas medidas de seguridad acordes a las prioridades de protección como controles de acceso pertinentes y planes de acción en caso de ocurrencia de una brecha de seguridad que afecte a alguno de los ambientes de nube.