Los ciberataques son un estandarte de la guerra moderna. Los objetivos y los efectos de estas acciones “militares” digitales varían, pero su presencia ya es innegable en los conflictos más destacados y la crisis actual entre Rusia y Ucrania no es ajena a ello.
Hace unos días atrás, el colectivo de “ciberactivistas” conocido a nivel internacional como Anonymous, declaró a través de su cuenta de Twitter que “está oficialmente en guerra cibernética contra el Gobierno ruso”, esto como reacción al inicio de los ataques de este país contra Ucrania.
Algunos otros ataques e infiltraciones que se le han adjudicado al grupo o ellos mismo han admitido son:
- Interceptación de comunicaciones entre las fuerzas militares rusas.
- Cortar la emisión de los canales oficiales para transmitir el himno de Ucrania.
- Se tomaron las páginas de varios medios de comunicación rusos para reemplazarlas por un mensaje que pedía “poner fin” a la invasión rusa en Ucrania.
- Bloquearon el acceso a las páginas del Kremlin (Gobierno ruso) y la Duma (cámara baja del Parlamento)
Según la información brindada, algunos de estos ataques se trataron de DDoS (Denegación de Servicio Distribuido) el cual, mediante la generación de solicitudes de tráfico basura, se desborda la capacidad de los servidores o recursos web para responder a dichas solicitudes y, por tanto, se hace casi imposible acceder a estos recursos.
Entre los objetivos más comunes de los ataques DDoS se incluyen:
- Sitios de compra por Internet.
- Casinos en línea.
- Cualquier empresa u organización que dependa de la prestación de servicios en línea.