Ciberresiliencia: la clave para la Continuidad de Negocio en un mundo digitalizado

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La ciberresiliencia, un término que ha cobrado gran relevancia en el mundo empresarial en los últimos años y que está profundamente ligado a la ciberseguridad y la recuperación de desastres, hace referencia a la capacidad de una organización para resistir, adaptarse y recuperarse eficazmente de un ataque cibernético.
Es una realidad que las tecnologías de la información están cada vez más integradas en la cotidianidad de las personas y las empresas. Esto, a su vez, las hace más vulnerables frente al entorno digital y los peligros que allí acechan. Con el auge y especialización de los ciberataques, es crítico que las compañías se preparen para un potencial incidente.

La ciberresiliencia surge como esa necesidad urgente de recuperación frente a las crecientes adversidades. Asimismo, se ha convertido en un pilar fundamental para garantizar la continuidad de los negocios. Las empresas deben entender que los ciberataques no son una cuestión de “si” sino de “cuándo” ocurrirán, y la ciberresiliencia es la respuesta a esta inevitabilidad.

Esto es especialmente importante teniendo en cuenta que, el alto nivel de competencia del contexto empresarial actual está obligando a las organizaciones a reaccionar a tiempo ante las adversidades, recuperarse más rápido y mantenerse vigentes. Una eventual interrupción de sus operaciones significaría una fuerte pérdida económica y reputacional que pueden llegar a ser devastadoras para el futuro del negocio.

Por ello, diseñar estrategias de respaldo, recuperación y continuidad es vital para asegurar que la compañía pueda seguir operando incluso en circunstancias poco favorables.

Ciberresiliencia y DRP

La ciberresiliencia y el Plan de Recuperación de Desastres (DRP) están intrínsecamente relacionados.

El DRP permite a las empresas establecer todos los procedimientos necesarios para reestablecer la operación del operación del negocio luego del suceso de un ataque cibernético. La ciberresiliencia se integra en el DRP al garantizar que una empresa pueda recuperarse no solo de desastres físicos, sino también de eventos cibernéticos, permitiendo garantizar una continuidad de negocio más sólida.

La creciente oleada de ciberataques en todo el mundo está llevando a cada vez más organizaciones a ser conscientes sobre la necesidad, no solo de tomar medidas preventivas para frenar las amenazas digitales, sino también de respaldar sus datos y estar preparados para un eventual ataque cibernético. La ciberresiliencia empuja a las empresas a afrontar los riesgos desde un punto de vista proactivo, sobre todo cuando se sabe que la mayoría de los ciberatacantes ya no tienen ningún tipo de distinción a la hora de elegir sus blancos. Esto conlleva a que ninguna institución esté 100% a salvo de caer víctima de una ataque cibernético y, mucho menos, de ser afectada por catástrofes de otras índoles.

El Plan de Recuperación de Desastres sirve como manual que identifica todas aquellas amenazas del entorno (ambientales, físicas, digitales) que puedan poner en peligro la integridad de la información y, en base a ello, se establecen una serie de tareas que se ejecutarán antes, durante y después del acontecimiento. Por ello, es vital que esté diseñado acorde a la realidad de cada compañía y sus requerimientos operativos. Es una de las principales clave para el éxito en la puesta en marcha del plan.

La necesidad de adaptar los DRP para incluir medidas de ciberresiliencia es urgente. La alta especialización de los ataques cibernéticos, el volumen de intentos de ataque contra empresas, entidades estatales, instituciones, además de los costos asociados a la recuperación de la información, van en aumento. Esto obliga a todas la organizaciones a avanzar más rápidamente en la adopción de estrategias de ciberseguridad y planes de recuperación de desastres que estén alineados a los objetivos del negocio.

Ser conscientes del grado de vulnerabilidad a eventos catastróficos a los que está expuesta, no solo la información, sino toda la estructura organizacional es la piedra angular para la construcción de una ciberresiliencia corporativa sólida, enfocada en proteger los activos críticos del negocio. Consecuentemente, construir un DRP que atienda cada uno de los posibles riesgos, planteando planes de mitigación y restauración es el núcleo de la estrategia de resiliencia cibernética.

¿Qué debe tener un Plan de Recuperación de Desastres, que me permita ser resiliente?

  • Identificación de riesgos y consecuencias de su materialización para la compañía.
  • Planes de acción documentados y detallados que indiquen los pasos a seguir antes, durante y después de un desastre.
  • Asignación de roles y responsabilidades que permita gestionar la crisis y tomar decisiones.
  • Plan de copias de seguridad de los datos críticos.
  • Proceso de restauración de los sistemas luego del incidente, con instrucciones que incluyan la secuencia de recuperación.
  • Determinar los recursos en los que se realizará la recuperación.
  • Plan de comunicaciones y notificaciones para mantener informadas a las partes interesadas.

  • Procedimientos de prueba que permitan verificar la funcional del DRP.
  • Evaluación luego de la ocurrencia de la crisis para evaluar posibles fallos o acciones de mejora dentro del plan.
  • Actualización periódica del plan para garantizar su eficacia y funcionalidad.

Sin embargo, la resiliencia no debe ser entendida solamente desde la perspectiva cibernética y, por tanto, a cargo del área TI de la organización. Para que una empresa desarrolle capacidades de resiliencia, es fundamental que desde los líderes de la compañía se tomen decisiones enfocadas a fortalecer la habilidad de recuperación del negocios. También, es importante que se aseguren que se tomen medidas reales enfocadas a proteger la infraestructura, procesos y datos corporativos, por lo tanto, es vital que se involucren más en los procesos. Crear una cultura organizacional de ciberresiliencia es vital para que los planes de acción funcionen y el negocio pueda seguir operando aún tras la crisis.

Priorizar la supervivencia del negocio debe ser la principal consigna de todos los actores implicados en la ejecución de las actividades empresariales, por lo que generar un grado de concientización y involucramiento acorde a la estrategia de ciberresiliencia puede impulsarla a ser más eficiente, como lo explica IBM “La ciberresiliencia efectiva debe constar de una estrategia basada en los riesgos para toda la empresa, un enfoque colaborativo impulsado por parte de los ejecutivos para todos los miembros de la organización, incluidos los socios, los participantes de la cadena de suministro y los clientes.” (IBM , s.f.)

Ventajas de la ciberresiliencia

Continuidad de Negocio: permite asegurar la continuidad de las operaciones incluso en medio de ciberataques, desastres naturales, incidentes técnico, etc, reduciendo el tiempo de inactividad y evitando pérdidas financieras significativas.

Protección de la Reputación: La reputación de una empresa es uno de sus activos más valiosos. La ciberresiliencia ayuda a proteger la reputación al garantizar que los clientes y socios comerciales confíen en la capacidad de la organización para proteger sus datos y operaciones.

Cumplimiento Normativo: Muchas regulaciones requieren que las organizaciones implementen medidas de ciberseguridad y ciberresiliencia. Cumplir con estas regulaciones es esencial para evitar sanciones y multas.

Mejora de la Eficiencia Operativa: Al tener un enfoque proactivo en la ciberresiliencia, las organizaciones pueden optimizar sus procesos y procedimientos, lo que conduce a una mayor eficiencia operativa.

Protección de Datos Sensibles: La ciberresiliencia garantiza que los datos críticos estén protegidos contra pérdidas o accesos no autorizados, lo que es esencial en un mundo donde la información es un activo valioso.

Mejora de la Gestión de Incidentes: La ciberresiliencia promueve una respuesta organizada y efectiva a incidentes cibernéticos. Esto incluye la capacidad de detectar, contener y mitigar amenazas de manera eficiente.

Reducción del Tiempo de Recuperación: Un enfoque de ciberresiliencia bien planificado puede acortar significativamente el tiempo necesario para recuperarse de un ciberataque, lo que minimiza la interrupción de las operaciones.

Mejora de la Competitividad: Las empresas que demuestran una fuerte ciberresiliencia pueden ganar ventaja competitiva al demostrar su compromiso con la seguridad de los datos, la capacidad de recuperación y la continuidad de negocio.

En resumen, la ciberresiliencia no solo es una estrategia de seguridad, sino también una táctica empresarial inteligente que ayuda a proteger los activos, la reputación y la continuidad de negocio de una organización en un mundo digital altamente vulnerable. La implementación de un DRP como parte de la estrategia permite a las empresas estar preparadas en todos los frentes, fortaleciéndolas frente a los riesgos de diversa naturaleza que puedan impactar su actividad.

La creciente dependencia y vulnerabilidad de las empresas al entorno las está obligando a tomar medidas que les permitan blindarse tanto como sea posible ante los riesgos que puedan suponer una interrupción en las operaciones de la empresa si se llegan a materializar.

Crear políticas, procesos y planes como el DRP para la implementación y fortalecimiento de capacidades de ciberresiliencia es esencial para las estrategias corporativas, ya que les permite ser más competitivas, confiables y eficientes en sus procesos. Esto es especialmente crítico en el contexto que estamos viviendo actualmente donde el volumen y grado de especialización de los ciberataques incrementan todos los días, además de la ocurrencia cada vez más frecuente de fenómenos como terremotos, incendios, inundaciones, cortes eléctricos que afectan gravemente la continuidad del negocio.

Para que el enfoque en ciberresiliencia sea eficiente y exitoso, es importante que esté respaldado por un Plan de Recuperación de Desastres sólido y robusto, alineado con los objetivos estratégicos del negocio y que comprenda todos los posibles riesgos que corre la información y sistemas críticos, incluidos los asociados a ciberseguridad, y cómo gestionarlos.

Las empresas deben reconocer la urgente necesidad de adaptar la ciberresiliencia para protegerse contra las amenazas cibernéticas en constante evolución y garantizar un funcionamiento ininterrumpido en la era digital. La inversión en ciberresiliencia es una inversión, no solo en la seguridad, integridad y disponibilidad de la información, sino además de la prosperidad a largo plazo de la compañía. Esto último es clave considerando la alta competitividad actual, donde la capacidad de resistir y recuperarse rápidamente puede marcar la diferencia frente a las demás empresas del mercado.

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